La robótica adaptativa es un concepto que va un paso más allá de la robótica colaborativa. Se trata del desarrollo y fabricación de robots capaces de adaptarse y aprender de su entorno, interactuando con los seres humanos. Es decir, los robots adaptativos son aquellos que cuentan con capacidades cognitivas, de percepción y de decisión para modificar su comportamiento y su función en respuesta a cambios contextuales.

En el sector se utiliza el término ‘inteligencia jerárquica’, en referencia a las diferentes capas -independientes- de inteligencia que se aplican a la máquina y que simularían al cerebro humano (recepción de información visual, planificación de trayectorias, reconocimiento, cálculo de posición, etc.).

En definitiva, se trata de robots que puedan ‘aprender’ cosas nuevas constantemente sin necesidad de ser reprogramados: nuevas rutas, nuevas secuencias, nuevas tareas…

Este área de la robótica ha sido objeto de investigación durante varias décadas y el avance en su evolución se debe, en gran parte, al reciente impulso de tecnologías como la inteligencia artificial, la visión por computadora (también conocida como visión artificial), el IoT o la electrónica.

Estos robots pueden utilizar técnicas de aprendizaje automático para analizar y comprender su entorno, así como para aprender de las interacciones con las personas, ajustar su comportamiento y función en consecuencia, convirtiéndolos en una herramienta clave para el uso en entornos colaborativos.

USO DE LA ROBÓTICA ADAPTATIVA

A continuación se muestran 3 ejemplos de diferentes sectores industriales en los que se emplea robótica adaptativa:

  1. Fabricación: los robots adaptativos pueden utilizarse en una amplia gama de aplicaciones de fabricación como el ensamblaje, soldadura o tareas de inspección de calidad. Pueden trabajar colaborativamente con operadores humanos, realizando tareas repetitivas o físicamente exigentes mientras los trabajadores humanos realizan trabajos más complejos.
  2. Cuidado de la salud: cada vez se utilizan cada vez más este tipo de robots en tareas relacionadas con la atención médica, por ejemplo para ayudar a pacientes con movilidad reducida, dando soporte al personal sanitario. 
  3. Logística y almacenamiento: en almacenes y centros de distribución realizando tareas relacionadas con la preparación de pedidos, la gestión de inventarios o el envío.

Gracias a la capacidad de adecuación a la dinámica del entorno, también se ha extendido el uso de la robótica adaptativa en otros sectores como la construcción, la hostelería, el entretenimiento o en la agricultura, pero resulta especialmente interesante cómo está mejorando la automatización de procesos industriales.

ROBÓTICA ADAPTATIVA Y AUTOMATIZACIÓN INDUSTRIAL

La Industria 4.0 es un concepto que hace referencia a la transformación estructural de todos los sectores industriales, como consecuencia del impulso de las nuevas tecnologías.

Esta transformación afecta principalmente a los procesos de fabricación y producción, que han experimentado un importante impulso en la rentabilidad, en la capacidad de producción y en la reducción de costes, entre otros beneficios.

Una de las características de los entornos productivos es que son entornos cambiantes. En este contexto, la robótica adaptativa tiene el potencial de seguir desempeñando la función asignada de forma contínua e inteligente, ajustando sus rutas y funciones de la manera más efectiva.

Por ejemplo, un robot de ensamblaje puede ajustar su velocidad y precisión en respuesta a cambios en las condiciones de producción, lo que puede mejorar la eficiencia y la calidad del proceso de producción.

En definitiva, la robótica adaptativa aporta nuevos horizontes de flexibilidad industrial simplificando las líneas de producción (dado que una única máquina puede hacer múltiples tareas) y mejora la seguridad del equipo humano, mejorando la automatización de tareas peligrosas.